En un determinado momento de nuestras vidas vemos que nuestros hijos han crecido y han tomado la decisión de emprender su camino, su vida, exactamente igual que lo hicimos nosotros.
Es ley de vida que los hijos se independicen, se casen, se vayan a vivir solos, marchen a trabajar a otra ciudad, y esto produce en los padres síntomas de depresión, tristeza, angustia, un vacío personal.
Esta situación hace que los padres se dejen de sentir importantes para sus hijos y se sientan realmente mal. Es algo generalizado en ambos sexos aunque ocurre con más frecuencia en las mujeres.
Para muchas personas el alejamiento de sus hijos al independizarse les hace reflexionar sobre su lugar en este mundo y sobre la validez de su aspiración vital. Es lo mismo que puede ocurrir en algunas personas dedicadas a cuidar a un enfermo (familiar,padre, hermano) durante toda o parte de su vida y el día que éste fallece deja un vacío total en el cuidador.
Los sentimientos que se desarrollan corresponden a una mala aceptación de la situación. Realmente es una situación difícil llegado el momento ya que la mayoría son madres que se han realizado con la maternidad y con la educación de sus hijos, sacrificándose por ellos, algunas en solitario y otras con sus maridos. En ocasiones han descuidado sus propias necesidades personales, su autoestima, sus hobbies, motivaciones y realización personal. Han estado tan inmersas en su papel de madre que no han pensado en ellas y lo que resulta cuando se van sus hijos es que dejan de sentirse importantes. Su papel de madre imprescindible ha desaparecido y aparece un sentimiento de vacío con inmensa tristeza.
Este sentimiento en ocasiones se ve agravado porque coincide con la edad en que las mujeres tenemos la menopausia y se producen cambios fisiológicos, hormonales produciendo desánimo, ansiedad, nerviosismo, sudoraciones, insomnio,diferentes niveles de excitación o modificaciones sexuales. También a estas edades aparecen enfermedades crónicas o las clásicas dolencias de espalda, huesos o presión descompensada.
¿Qué se puede hacer para afrontar este sentimiento de vacío?
Una buena consigna es intentar visualizar la nueva situación, no hacer un drama, en lugar de verlo cómo la pérdida de los hijos, verlo como un periodo de creciente libertad y posibilidad de autodesarrollo.
La vida es dinámica, atravesamos diferentes etapas y ahora empieza una nueva donde dispones de tiempo para ti que hasta el momento no tenías por las muchísimas obligaciones que conlleva ser madre.
Para los padres que quedan en el domicilio familiar es un buen momento para realizar actividades que quedaron relegadas durante años por la obligación de cuidar y atender a sus hijos. Ahora es un buen momento para viajar, volver a los hobbies, aprender algo nuevo, retomar amistades.
Es el momento de disfrutar de mayor libertad y de asumir menos responsabilidades. Es el momento de recuperar las actividades que se han ido dejando en segundo plano durante años a favor de los hijos.
¿Cual es el enfoque más positivo para afrontar la marcha del hogar de tus hijos?
La satisfacción de haber cumplido bien con las tareas de padres y tener hijos independientes,
autosuficientes que son capaces de enfrentarse solos a la vida.
Hoy en día y debido a múltiples factores, en su mayoria económicos y laborales, muchos jovenes se encuentran con dificultades para conseguir su independencia.
Asi pues ¿No resulta gratificante para una madre ver como su hijo ha conseguido la estabilidad suficiente como para independizarse?
Tener la mente ocupada es el mejor remedio para superar el Vacío. De todas formas piensa que es un vacío temporal, pronto tus hijos tendrán familia, te harán abuela y volverá a llenarse el nido.
Espero que si sois lectoras de este síndrome os haya ayudado en algo. Esa era mi intención.
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Gracias por leerme y Hasta Pronto..
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