No importa demasiado lo que se haga: Caminar. correr, montar un poco en bici o una brazadas en la piscina, lo importante es hacer algo para no oxidar nuestro esqueleto.
Hace miles de años los griegos y romanos ya intuían que el deporte era esencial para mantenerse en forma, siendo la mejor receta para prevenir enfermedades y mantenerse sano. No obstante, con el paso del tiempo se ha ido olvidando este remedio natural, llevando una vida sedentaria y apenas caminamos unos minutos al día.
Moverse puede reportar muchos beneficios a nuestra capacidad intelectual y facilitar los procesos de aprendizaje así como la memoria.
En la actualidad los medios de comunicación hablan de los beneficios del deporte y el ejercicio regular para mantener en forma el cuerpo, prevenir enfermedades cardiovasculares y mejorar el estado de ánimo.
Lo que no suelen añadir es que el ejercicio físico es un escudo de protección del cerebro y un estimulador del aprendizaje y la memoria. Hoy con pruebas experimentales, podemos confirmarlo. Las horas de ejercicio y deporte no sólo ayudan a los músculos también a la memoria. El hecho de dedicar algo de tiempo con cierta frecuencia al movimiento de nuestro esqueleto favorece que nuestro cerebro establezca nuevas conexiones entre sus células.
El neurocientifico y divulgador Manuel Mora catedrático de Fisiología Humana de la Universidad Complutense de Madrid y catedrático adscrito de la Universidad de Iowa, aporta en sus libros muchos ejemplos en los que el deporte actúa como un agente beneficioso para la salud mental.
Realizar ejercicio regularmente reduce los niveles de estrés, esto combinado con el efecto en la memoria y el aprendizaje, es suficiente para dar protagonismo al deporte en las escuelas.
Mora pone como ejemplo un estudio realizado con un millón de suecos.Sus autores observaron que las personas que practicaron ejercicio físico entre los 15 y 18 años de manera continuada y que sacaron mejores notas en esta materia, también alcanzaron puntuaciones mayores en los exámenes relacionados con la compresión verbal y el pensamiento lógico. Además, esas personas cincuenta años más tarde, demostraron tener mejores habilidades mentales durante el envejecimiento que quienes no practicaron tanto deporte en su juventud.
A esto no hay que olvidar el impacto del cuidado de la dieta.- la necesidad imperiosa de ácidos grasos del tipo omega 3 para el buen funcionamiento cerebral.- La falta de esos ácidos grasos, por ejemplo, se asocia a enfermedades como la dislexía, depresión, desorden bipolar,demencia y esquizofrenia. Bien es cierto que después de muchos esfuerzos, mucha gente esta convencida de que los ejercicios físicos y el cuidado de la dieta son beneficiosos para la salud física. Espero con esta entrada aporte mi granito para convencer que el ejercicio físico también es beneficioso para la salud mental.
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Gracias por leerme y Hasta Pronto
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